miércoles, 12 de enero de 2011

Había pasado un día verdaderamente lindo, me reí muchísimo, volvía poco a poco a mi. Termino el día, pero el estremecimiento llegó, estaba nervioso, no me quería ir, no sabia que hacer, llego el colectivo, dude, lo deje pasar. Seguimos hablando de cualquier cosa, no importaba, lo que si importaba es que la estaba pasando verdaderamente bien. Llego otro colectivo, esta vez debía subirme. Me acerque, no quise besarlo en la mejilla, pero ¿estaba en derecho de darle un beso? Cerré los ojos, incline mi cabeza hacia delante, y lo bese, sentí su bigote mentolado, abrí los ojos, me aleje, puse un pie sobre el escalón del colectivo, salude con la mano, y ya estaba volviendo.

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